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A lo largo de mi vida me compadecí a mí mismo y me aislé del mundo en órbita real.
Diseñé mi propio mundo y acostumbré a vivir en ella.
Mi mundo era ordenado, estático, libre de riesgo y virtual. En mi mundo no había diálogo; no tener ningún conflicto; y ningún movimiento.
Pensé que era feliz. Me olvidé de que yo había creado. Me resistí a la realidad, no dejaba de albergar en mi propia vida.
Resistir, resistir, iba a ninguna parte, indeciso sobre qué camino tomar, ya sea mi mundo o en el mundo real. Yo sabía que mi mundo como la palma de mi mano.
Cubrí mis sentimientos, todos los días me puse mi propia escena y que existía dentro de un nudo ciego dentro de mí.
Elegí el mundo real. El sentimiento no pude definir, los recuerdos grabados en mi piel, situaciones inexplicables, escenas que desafiaron la comprensión, eventos desprotegidos …. Quería entender. Yo quería y quería mucho.
Elegí existir. Desde que viví con los hombres y mujeres, que elegí para entenderlos. Quería entender. Y comprendí que todo el mundo era a la vez patética y salvaje.
Vi que todos ustedes habitan sus propios mundos. Al igual que el mío, ninguno de ellos se superponen otras realidades. Este es un juego.
Pero yo quiero vivir así que me estoy rompiendo el juego.
tapanco 